Ángel Rivera: la fotografía o la poética del vuelo
Desde el principio, la fotografía fue para los artistas, una herramienta, una técnica y una manera de expresarse. Ellos entendieron las inmensas posibilidades que permite la cámara. El fotógrafo francés Gustave Le Gray fue uno de los primeros en retocar la imagen que había salido de la cámara oscura para darle un toque artístico. Por el tipo de estructura, la fotografía ofrece un campo de investigación de los efectos artísticos casi infinito al artista con formación y mirada sensible. En la época actual, más que nunca, esto es verdadero gracias a los progresos técnicos y especialmente a la aparición de la fotografía digital. Pero su uso requiere un excelente manejo de las técnicas.
El trabajo pictórico-fotográfico de Ángel Rivera nos ofrece un viaje onírico espacial. Su enfoque es el vuelo, con el problema de la gravedad que éste implica. Desde su niñez, el artista Rivera está fascinado por todo lo que puede volar, sobre todo los pájaros, que son como su firma. Frecuentemente, observamos la presencia de uno o varios pájaros volando, al igual que los cuervos pueblan los cuadros de Van Gogh.
La figuración o la manifestación física sobre el papel es el vuelo, ya que su tema principal es la búsqueda del hombre. El ser humano mira hacia arriba en dirección del cielo. El artista ha guardado una mirada de niño, de un niño que crea, en un espacio tan particular y tan perfecto como el cielo, una multitud de historias. Estas son las historias que Rivera revela a nuestra conciencia. Aquí se acaba el paralelo con el niño, porque el artista desarrolla en su obra sus preocupaciones de ser humano consciente de su condición de humano. El niño, al igual que el personaje de la historia “El Principito”, no tiene los pies en la tierra. Rivera sí.
Para ser artista, dos condiciones son necesarias: la mirada infantil y mirar con curiosidad.
Es descubrir lo evidente. El artista es un ser humano que se detiene para cuestionarse y reflexionar sobre su mundo. El artista toma el tiempo de mirar.
Simetría y equilibrio: herramientas y filosofía de vida
Si el cielo ocupa un espacio importante, él lo comparte con la tierra. Rivera responde a la problemática de la figuración de estos dos elementos utilizando la simetría. Es una necesidad. Siempre existe una composición central. En este sentido el artista expresa “Es la más sencilla, pero a nivel artístico ofrece un campo de investigación inmenso. Además, el cuerpo humano tiene una gran simetría. El ser humano esta íntimamente relacionado con el diseño simétrico”. De manera inconciente, el ser humano va a buscar un reflejo de sí mismo, algo que lo tranquiliza. Así se produce el equilibrio.
Hay una fascinación por el equilibrio. Es un equilibrio estructural que conduce al equilibrio espiritual. En su obra, de forma repetitiva, hay una presencia del cuerpo humano desnudo. Esta presencia es muy importante, ya que según Rivera “el equilibrio del universo pasa por el cuerpo humano desnudo. A nivel estructural y simbólico, es un componente erótico que ayuda a entender el sentido de la vida”. Si el cuerpo desnudo tiene forma que puede dar a una obra una dimensión erótica y artística, el explica también una forma de origen del ser humano.
La dinámica también proviene de un elemento suspendido en el aire o de una vertical creada por varios elementos. La obra “Opening” representa el torso de un hombre saliendo del agua con la cabeza arriba. Encima de la cabeza flotando en el aire, dos espermatozoides, uno apareciendo detrás de una forma cuadrada simulando una ventana. Todos estos elementos uno debajo del otro forman una vertical que divide la foto en el medio. No podemos discutir la simetría. El equilibrio es frágil porque reposa sobre el hombre saliendo del agua, que no es una base sólida, como tampoco lo son los espermatozoides. Es la expresión de la reproducción del ser humano y al mismo tiempo del placer. La ventana es una representación de lo nuevo, de un nuevo que todos creemos nuevo pero, que en realidad es una mera repetición.
Algunas veces, se rompe la simetría y el equilibrio. Es el lado trágico del ser humano que aparece. La foto “9/11” es un parábola del evento sobrevenido en los Estados Unidos el 11 de septiembre 2001. El fondo comparte su espacio entre una sala cuadrada y una miríada de pájaros alzando el vuelo, creando una confusión, la misma confusión que sucedió este tristemente, famoso día. Los pájaros son una figuración de las almas llegando al cielo. La obra está presentada con un lazo que cierra la composición. Con esta obra, Rivera está en proceso de sacar la foto del plano. La esperanza viene de un joven ubicado en la parte derecha, que escapó a la tragedia.
Movimiento y efecto borroso
El movimiento fue desde el principio de la fotografía una preocupación técnica con un enfoque artístico o científico. Uno de los primeros fue el inglés Edward Muybridge que llegó a fijar y descomponer los movimientos de un caballo. Una de sus obras, “Flying paper”, es una bola de papel suspendido en el aire arriba del mar. Una simple bola de papel, que, ella sola, tiene la capacidad de dar movimiento, dinámica y equilibrio. Todo es movimiento en esta obra. El reflejo de la bola sobre el mar da una sensación de vibración óptica con un toque acuarelista casi impresionista. La superficie del agua es una representación del movimiento interno del mar. Hay algunos pájaros acompañando la bola de papel, unos con las alas arriba y otros con las alas abajo.
Todos pertenecen al mismo movimiento, es un vuelo en circunferencia parecido a una nube. Rivera tiene una obsesión por los elementos flotantes, como esta bola de papel. Para él, estos elementos traen paz. Traen también algo mágico, en el sentido que no sabemos como pueden mantenerse en el aire. Son un desafío de la gravedad.
Otra manera de dar movimiento, que es artísticamente interesante, es el uso del efecto borroso, Cuando se mueve el sujeto, especialmente en la cámara, sale borroso. Rivera opina que “La cámara se para pero el cerebro no. La cámara tiene la propiedad de dar vida y hacer aparecer el movimiento pero al mismo tiempo, fija una sola imagen de dos dimensiones”. Dos dimensiones que limitan el campo de investigación del artista que tiene en mente salir de la bi-dimensionalidad para llegar a una especie de foto-instalación tridimensional. El sujeto en movimiento crea una situación desenfocada. El fotógrafo dice que usa mucho las degradaciones focales, hasta un punto en que el píxel tiene más textura de pastel que de foto.
La descomposición del movimiento revela cierta energía cinética. Para Rivera, el cuadro de Duchamp, “Desnudo bajando un escalera” de 1912, es una obra mayor que nos muestra una estructuración del movimiento. Según él, “El fondo no debe competir con el sujeto, si no, el sujeto se pierde dentro de él”. Además, la profundidad del campo que se trata con la cámara nos permite jugar con el efecto borroso. De todas maneras, siempre vamos a tener una preponderancia de ciertas partes. El utiliza mucho el cielo como fondo porque trae paz. Es algo tan perfecto que no puede dejarlo. En palabras del artista “El ser humano tiene una relación, una conexión con el cielo, algo espiritual. No tiene nada que ver con lo material. Existe una conexión perfecta entre ambos”.
Una atención particular en los pliegues
Con los pliegues entramos en la poesía y otra forma de expresión artística. Se forma una danza, un placer. Es su intención. Es mucho más que la simple expresión de un movimiento. Rivera hizo muchos estudios de papeles para descubrir lo interesante que puede traer algo que al principio es una banal hoja. El quiere crear una forma interesante. Lo hace también con las sábanas para sacar algo que es más que un objeto sencillo de la vida cotidiana. En la foto, la bola de papel y la sábana adquieren otra dimensión que se ubica entre la poesía y lo artísticamente interesante. El verdadero artista, es aquel que puede dar un toque diferente a esos objetos. Manet hizo este efecto en sus bodegones, particularmente en obra “El Limón”. Rara vez, un cuadro tuvo un tema tan simple, pero muestra la expresión de una sensibilidad y de una sencillez que deja el espectador sin voz.
Los colores: sepia y verde
Del mismo modo que Rivera busca equilibrio, para no romper la armonía, tiene que balancear las formas y los colores. Según él, las fotos a color pertenecen a lo cotidiano. El artista debe crear una distorsión con la realidad. “A nivel estético, tengo que buscar una tonalidad. Elegí el sepia y el verde.” Así, él puede recrear una atmósfera con una continuidad del ambiente para tener un equilibrio dentro de la gama de colores. De otra forma, se rompería el discurso visual. La gama es reducida, pero eso no lo limita para crear una multitud de tonos entre el sepia y el verde. Al contrario, la búsqueda de diferencias tonales ínfimas procura una riqueza de todo tipo de verdes y sepias. En la obra “Opening”, tenemos una paleta muy rica que va del verde al sepia pasando por el blanco. Los pixeles del primer plano simulando la ola son una excelente representación de las posibilidades que puede ofrecer la técnica digital al servicio del artista.
El aspecto de las materias es el otro punto fuerte de su trabajo. El efecto acuarela, el efecto pastel, el efecto borroso y el píxelado son todos herramientas que permiten expandir la sensación del color. Eso se nota sobre todo en la obra “Equilibrium”, en la cual existe una mezcla de texturas que permite dar a cada parte de la foto una dimensión diferente. No solamente la vista es estimulada, sino que también se hace referencia al tacto para el tratamiento de cada textura.
El dibujo
El dibujo entra dentro del proceso de creación. Que sea hecho en mano directamente en el papel fotográfico o retocado con la computadora, el dibujo muestra, otra vez más, la importancia de lo artístico en la obra de Rivera. En las fotos “Lam” y “9//11”, el lápiz ocupa un espacio importante. El aspecto de la línea del dibujo se ubica entre un lápiz litográfico y un pastel. Este aspecto da mucho relieve y profundidad a los trabajos.
Un artista del aire
De la tierra, el fuego, el agua y el aire, los cuatro elementos, Rivera es sin duda un ser humano del aire. El da más importancia al elemento aire. En sus obras, el componente psicológico es importante. El filósofo Gaston Bachelard estudió una poética de los cuatro elementos, y no es una causalidad que su libro dedicado al elemento Aire se llame “Aire y los sueños: un ensayo sobre la imaginación en movimiento”. Podemos constatar que el aire y el movimiento están íntimamente ligados. Pero ¿De dónde viene la preponderancia por el aire?
Ángel Rivera, con sus composiciones fotográficas nos lleva a un mundo de paz, el viaje entre tierra y cielo. Cada objeto que flota en el aire tiene su textura, no es algo evanescente, pero tiene la capacidad de quedarse suspendido sin hilos, sin nada. Más que un desafío a la gravedad, es una expresión de un sentimiento de libertad. El artista, más que cualquier persona puede ofrecerse el lujo de dar a sus obras no solamente originalidad sino también, una poética de lo probable. Las obras se ubican entre lo real y la realidad. Las soluciones artísticas tienen dos funciones: permitir creer en sus obras y ofrecer un placer al espectador.
Texto escrito por Patrick Landry