domingo, 27 de marzo de 2011

Exposición colectiva “Historias cotidianas”.

Exposición colectiva “Historias cotidianas”.


Para empezar la conmemoración de los diez años de la revista ARTES, una exposición titulada “Historias cotidianas”, será presentada en los locales de esta publicación. Varios eventos como exposiciones o charlas serán después organizados, durante todo el año de aniversario de la revista.

Organizar una colectiva no es cosa fácil. Al principio, hay que tener una idea bien clara del enfoque que se quiere dar a la exposición. ¿Hacerla por temas, por categorías, por técnicas, por movimientos o por cualquier otro factor? El trabajo preliminar en el enfoque del evento es sumamente importante porque determina el logro del mismo.

En esta ocasión, el enfoque retenido es la juventud. Se necesita un nuevo material pictórico para refrescar la mirada del espectador. Es un gran desafío. La curadora del evento tiene como objetivo presentar al público una serie de artistas jóvenes. La idea es no solamente dar una oportunidad a estos artistas, sino también renovar el discurso artístico y a través de él la reflexión que todos debemos tener frente a un evento de este tipo.

Si es muy fácil apreciar una obra de Rafael o de Picasso, detectar en el trabajo de un joven la calidad intrínseca, es decir el valor artístico, es mucho más complicado porque está en germinación, y no se ve claramente. Solo una mirada experta puede hacerlo. Eso revela la segunda ambición del evento, la dimensión didáctica. ¿Qué vemos?



Vemos una serie de cuadros donde los artistas tienen una visión del mundo bien diferente, con preocupaciones artísticas y sentimentales muy variadas. Eso muestra la pluralidad en el arte, algo que debe siempre permanecer para mantener el arte vivo y actual. La expresión de la pluralidad es uno de los componentes de la libertad y, a su vez, la libertad uno de los componentes del arte.

Esta serie presenta paisajes, personajes y bodegones. Cada artista tiene su visión, sus preocupaciones y su manera de representar la cotidianidad. La realidad existe por si-misma, pero la mirada del hombre y sobre todo del artista la interpretan con énfasis. Es la sensibilidad frente al mundo, pero no cualquier mundo. Es el mundo del artista que se propaga en la tela. No es necesario defender ideas o tener un discurso preciso para hacer una obra. Manet, con sus bodegones, tenía como única pretensión sensibilizar al público. La sensibilidad nunca debe desaparecer.

El pintor no interpreta algo que no lo conmueve. En la exposición, tenemos una visión amplia de situaciones, contextos y figuras. No es una realidad. Son realidades múltiples como el mundo de ahora, múltiple y complejo. Entonces, cada quien tiene su historia cotidiana, sus preocupaciones representadas en la colectiva. La figuración o la abstracción son soluciones artísticas que permiten mostrar, pero no necesariamente entender, un mundo donde el ser humano cada día ocupa menos espacio. 

Wali Vidal con poesía nos figura cuatro jóvenes en marcha con movimientos muy suaves. Tres forman un grupo. El último anda solo y parece salir del camino.  Los cuatro andan a un buen ritmo pero no saben adonde van.
Juan Carlos Reyes con su hiperrealismo nos hace pensar en la lucha entre lo natural y lo artificial, con una parte de un tronco con ramas que sale de un tarro puesto en una pared hecha de ladrillos. El tarro roto y la pared figura la presencia humana ocupando la parte de abajo del cuadro. El árbol muerto crea una distorsión delante de un cielo azul. Una realidad presenta a nuestra época.
Nelson Barrera nos pone frente a una gigantesca figurita de papel. El fondo es poco real aunque tiene nubes. La presencia de lápices en cima de esta figurita con un hoyo parecido a una boca abierta nos invita a una reflexión sobre la comunicación. Es una comunicación bien difícil, figurada por la escalera al pie de esta figurita, escalera que no parece suficientemente grande para llegar a la boca o a los lápices.
El lado muy gráfico de Etien Hernandez nos habla también de comunicación. Y con el mismo motivo que Barrera, él decide de manera directa ponernos frente a una cotidianidad humana.
Samuel Priego usa la fantasía y la originalidad para pintar la cabellera hecha con frutas. Es un guiño a los retratos de Arcimboldo, que usaba los vegetales y las frutas para construir una cara. No es el único que se permite jugar con  referencias a obras antiguas.
Al igual, Omar Molina retoma el clásico tema de la natividad con un punto de vista y una interpretación sorprendentemente modernos en cuanto a la composición y a la paleta de colores, con su toque caribeño. El establo parece a una casa de madera del campo. Los personajes, aunque vestidos con ropa algo antigua, tienen actitudes parecidas a los códigos de interpretación de una navidad.

Ya sean bodegones, cuadros abstractos  o  retratos con la mirada perdida, el punto común de las obras de la colectiva es que nos muestran la fragilidad del hombre. Con poesía o sin rodeos, los artistas quieren poner al espectador frente a una cotidianidad que  frecuentemente no queremos ver, pero cuya existencia no podemos negar. Esta selección de jóvenes artistas nos dará la ocasión de abrir los ojos, unos ojos jóvenes y nuevos.

Texto escrito por Patrick Landry

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