Entrar en el museo de la cerámica contemporánea de Santo Domingo es entrar en un mundo fascinante en el sentido que cuando entramos, somos sorprendidos por la diversidad y la calidad de la colección presentada. Desde el exterior parece una galería, por dentro es un museo y un laboratorio. Las dos visiones son un buen resumen de este espacio único en la República Dominicana.
Es ante todo la cerámica que invade el lugar. Como visitante, hay una cercanía con las piezas expuestas. La sala principal de forma cuadrada tiene varios espacios donde se crean diferentes ambientes. La luz está perfectamente distribuida y resalta la belleza de las obras. Una mirada a la izquierda, estamos con la piezas taínas. Una mirada a la derecha y hacemos un viaje de más de dos mil años para descubrir los últimos trabajos de ceramistas vivos como la argentina Elisabeth Dychter o los dominicanos Amable Sterling y Said Musa. El museo tiene en sus colecciones piezas de todos los ceramistas dominicanos.
En la pared, frente a la entrada, 42 tiles de la última trienal internacional del mosaico cerámico. Tenemos una visión amplia de la producción de cerámica a través del mundo. La edición 2010 de este evento, presenta 357 obras de 91 países, un récord, y muestra claramente la dimensión mundial que recorre el evento organizado por el Centro León. De hecho, el museo nace como consecuencia de la trienal a pesar que la idea estuviera en la mente de su director desde siempre. Las conexiones que tiene el museo todo el año con el exterior, particularmente con Cuba y Argentina, marcan su huella en la creatividad mundial. El lugar está abierto hacia el mundo.
Además el museo tiene el deseo no solamente de presentar colecciones permanentes, sino también ofrecer al público una gran cantidad de piezas en rotación. Por ejemplo, la viajera obra de un ceramista español viene de Argentina, permanece un tiempo en el país y después será expuesta en Cuba. Es un museo siempre en movimiento, al igual que un centro de arte, y muestra los últimos trabajos realizados en cerámica. Es algo actual, en constante renovación, donde se encuentran las últimas búsquedas, al igual que en un laboratorio. Y más allá, es también una galería porque le permite a un artista exponer su creación. El museo no es exclusivo a obras realizadas por ceramistas, cualquier artista cuya obra sea realizada con cerámica, tiene la oportunidad de exponer. Es una excelente idea porque el museo no se confine en el dominio de la cerámica. Además, se puede revelar un talento.
Es también una fundación llamada Igneri/Arte y arqueología. Igneri es la primera comunidad de habitantes de la isla de Quisqueya en desarrollar el arte de la cerámica. La fundación tiene una labor social y da cursos de cerámica y soporta programas de salud entre otros. Hay que precisar que el museo tiene una antena en Punta Cana donde hace exposiciones mensuales.
La conceptualización del lugar y todas las actividades las debemos a Thimo Pimentel, el Director. En el mundo del arte se necesitan personas enamoradas del arte y visionarias como él. Es una persona que dedica su tiempo a dar a conocer la cerámica dentro y fuera del país, y su importancia en todas las primeras civilizaciones del mundo. Un hombre y un lugar ligados y dedicados a la cerámica.
mars 2010
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